Autor

Gustavo Aleixo

Fecha

abril 22, 2015

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El día 21de enero de 2015, en una ceremonia ancestral celebrada en la ciudad sagrada de Tiwanaku, las autoridades indígenas invistieron al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, como  apumallku jiliri, líder espiritual de los pueblos originarios de América.

En esa ceremonia, recibió los bastones de mando en las escalinatas del templo de Kalasasaya y los amautas  (sabios) celebraron cinco ritos de los pueblos originarios.Las ofrendas a la Pachamama —Madre Tierra— y a los achachilas, así como los ritos, estaban dirigidos a lograr «la limpieza de la mente y del corazón” y a pedir protección y energías para el Presidente Evo Morales.

En esa oportunidad, el Presidente Evo uso un traje ceremonial con profundo simbolismo ancestral: la bata (unku) de lana de vicuña y el pectoral de oro, plata y cobre, pues estos metales atraen las energías cósmicas hacia el corazón de la autoridad. Estos símbolos significan que estamos viviendo tiempos del Pachakuti,  el  «retorno al equilibrio, retorno a la igualdad con políticas de solidaridad y complementariedad».

En ese sentido,  el Presidente Morales expresó en Tiwanaku: “Desde aquí nos proyectamos al siglo XXI como una de las naciones descolonizadas del mundo en donde el vivir bien sea nuestra filosofía”. “Tenemos la obligación de defender la vida. Defender la vida es salvar al planeta tierra y acabar con el capitalismo y el imperialismo”.

A dicha ceremonia asistió una importante delegación conformada por hermanos indígenas de Colombia. La visita de los representantes de los pueblos indígenas colombianos fue coordinada por el entonces Encargado de Asuntos Comerciales de la Embajada, Dr. Gonzalo Lazcano Murillo, quien posteriormente asumió las altas funciones de Viceministro de Seguridad Ciudadana del Gobierno de Bolivia.